Bailar bajo la lluvia, gritar desde lo alto del edificio, dejar volar la imaginación , dormir desnudo, reír hasta que te duele todo y quedarte dormido en brazos de alguien especial, llegar a casa y poder abrazar a tu madre, escuchar música vieja con tu padre, o simplemente comer chocolate en frente de la chimenea. Hay tantas cosas, tan pequeñas, pero que son tan importantes.
Hay que saber anticiparse a lo que dicen que cuando pierdes algo es cuando lo valoras, y valorarlo en el mismo momento. Por que puede ser que mañana ya no esté, nada es para siempre, por mucho que cueste creerlo.
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