Acaricias con la yema de tus dedos el contorno de mi cuerpo, paseas por mi espalda y cada movimiento lo sigues con la mirada. Yo te miro de reojo, y no puedo leer más que amor en tu mirada, y sonrío.
Vas cerrando los ojos, poco a poco, tu respiración se va calmando. Te observo mientras duermes...
Solo una fina capa de tela nos separa del mundo, pero ahora mismo, no puedo imaginar nada mejor que estar acunada entre tus brazos, sin pensar en nada, que no seas tú.
Cierro los parpados y me desvanezco en los sueños, sabiendo que al despertar seguirás a mi lado.
Sabiendo que quedan mil noches junto a ti, mil noches con tu calor y caricias, mil noches sobre tu cuerpo desnudo... Aislados de todo lo demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario