Estoy tumbada en la cama, haciendo deberes.
Balanceo los pies al compás de la música que suena y yo misma tarareo.
Muerdo el lápiz y lo entrelazo entre mis dedos, intentando descifrar los ejercicios del libro.
Cuando de repente, siento tu aliento en mi odio, me besas suavemente el cuello, beso a beso te acercas a mi oreja y me preguntas:
-¿Cariño te queda mucho para terminar?
A lo que respondo:
-Depende.
Cierro el libro y me doy la vuelta. Te beso y te abrazo con todas mis fuerzas.
-Te quiero.
-Y yo a ti cariño. Pero tienes que terminar los deberes...
-¿Como quieres que los termine sabiendo que te tengo aquí al lado, que cada minuto que pierdo podría estar besándote o susurrándote que eres lo más bonito que tengo?
Sonríes. Te tumbas a mi lado y me intentas ayudar a hacer los ejercicios...pero yo solo tengo ojos para ti.
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