Una Peter Pan.

Cuando eres pequeño, no hay nada lo suficientemente importante para alterarte ni lo más mínimo. Las tardes se hacen cortas corriendo por las calles hasta el atardecer. Las noches te arropan en menos de tres minutos, porque en la cabeza no hay nada a lo que tengas de darle vueltas, no hay un futuro marcado. Las amistades son verdaderas y los amores inolvidables y eternos.

En cambio, cuando creces, te das cuenta de que las cosas no son tan fáciles, de que las tardes no son tan cortas como lo eran, que las noches se hacen largas pensando en mil cosas, en él, en lo que hacer mañana, en lo que te dijo alguien o en lo que no te dijo... Las personas cambian, se convierten en simples copias de la sociedad, de una sociedad marcada con cánones estúpidos, donde te imponen que debes hacer, con quien debes hacerlo...  Y cuando te das cuenta, ya estas metido en una vida completa, donde tienes que decidir que quieres ser, con quien estar, quienes son tus amigos, que hacer con ellos...Muchas decisiones que yo no quiero tomar.

Porque la verdad es que me gustaría ser una niña para siempre, poder correr por las calles bajo el atardecer anaranjado y gritar hasta quedarme sin voz que soy feliz. Dejar que los mañanas sean algo nuevo y tener a mi lado a quien realmente quiera tener, porque ellos serán los verdaderos pilares de mi vida.

Alguien me dijo una vez, que el destino no existe, y ahora se porque y tenía toda la razón, tu decides tu destino, tu lo marcas y modificas, tu eliges.