http://www.elbosquedeesthersanz.com/la-saga-del-bosque/
Aunque traté de mantener la calma, no pude evitar una punzada de pánico.
Bosco también tembló.
A pesar de su sonrisa dulce, tenía la piel erizada y el rostro contraído por mi miedo.
-Clara...No tiene por qué pasar, si no quieres...
-Pero sí quiero-protesté-. Es solo que...yo nunca...Soy virgen.
-Hace más de cien años desde mi última vez. Estamos empatados en eso.
-Eso no me tranquiliza mucho-bromeé.
-Creo recordar que no se me daba mal-sonrió.
Yo también sonreí.
-¿Estás segura?
-Si. Y tú, ¿lo estás?
-Dios. ¡sí!
-Berta curó mi corazón, pero tú lo has despertado. Ella es mi ángel protector, tú eres mi amor.
La cabaña del diablo estaba en llamas. [...]
El temblor convulsivo se adueño de mi cuerpo. Estaba empapada, cubierta de barro, dolorida y profundamente triste. Me sentía derrotada. ¡No podía más! Todos mis sueños se habían convertido en humo y ceniza. Estaba gafada. No podía haber otra explicación. [...] Sabia por mi familia que los finales tristes sucedían. Y aquél era el nuestro.
No se me ocurría peor desgracia que perder a Bosco.
Sin él ya nada tenía sentido...
Un pánico intenso me sacudió con tanta violencia, que sentí que iba a desmayarme. Pero cuando estaba apunto de precipitarme por el suelo, unos brazos me sujetaron con firmeza por detrás.
-Chist, Clara, tranquila, chist, tranquila...Estoy aquí. Todo está bien.
[...] Bosco me acunó un rato en su pecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario